Formas de Contactar a Dios

Capitulo II

Una manera natural y directa

El contacto con Dios debe ser siempre directo y natural, sin necesidad de intermediarios, rituales ni ceremonias. Así lo enseñó el Mesías desde lejanos tiempos en sus nueve encarnaciones; pero, cada vez que él desencarnaba, la Otra Polaridad se apoderaba de lo que dejó en el planeta para desviarlo y tergiversarlo a través de las religiones que, una tras otra, se iban formando. Por esto, la Verdad no llegaba a la gente sino mutilada y degenerada según la propia conveniencia de los poderosos en cada época, ya que las religiones se asociaban con el poder político, militar y económico para dejar al pueblo rebajado, anulado, dormido en un miserable y retardatario vivir. Así fueron transcurriendo edades y siglos en el planeta Tierra hasta llegar a estos nuevos tiempos de fin de ciclo, cuando la Verdad puede aflorar libremente sin torturas, tormentos de Inquisición alguna ni castigos.

Actualmente, hay tres formas de comunicarse con Dios: La oración, la meditación y la Contemplación. Las tres son necesarias. En la Enseñanza Ray Sol, se contacta a Dios a través de la Divina Presencia, Representante del Dios Uno en cada ser humano. Describimos las tres formas a continuación con claridad, para que las puedan diferenciar fácilmente.

Diferencia entre orar y rezar

La oración es una sencilla, natural y directa manera de comunicarse con Dios por medio de la elevación del pensamiento y la unión consciente con la Divinidad. Por la misma entrega que hay, equivale a la Contemplación; aunque esta última tiene mayor altura pues se trata de un ejercicio dado para los nuevos tiempos. Por ello, la Amada Conny Méndez decía que la Contemplación es la forma más alta de orar.

Después de haber elevado el pensamiento, la oración viene siendo como una silenciosa acción de gracias al Creador. A través de este sencillo acto de amor, se realiza la unión consciente con la Divinidad.

¿Cómo fue rebajada y tergiversada la oración? El primer sistema consistió en transformarla en rezos repetitivos acompañados de dogmas y rituales. La técnica de la repetición anula el razonamiento, la voluntad, la fe, porque precisamente se repiten las palabras en forma interminable para que el Dios lejano de los Cielos llegue a oír debido a tanta insistencia. Además, la religión impuso el hábito de arrodillarse porque es la manera de rebajar a las personas haciéndolas sentirse inferiores, culpables, que nada pueden lograr por sí mismas y, de este modo, anular la voluntad, convertir a los seres humanos en autómatas dormidos que sólo están capacitados para suplicar al Dios lejano de los Cielos. De esta manera, la oración, unida a los rituales, llegó a ser un rezo tedioso, repetitivo e inútil que paraliza la razón y el entendimiento.

En este nivel menor, se viene realizando todavía la oración para comunicarse con el Dios de los Cielos, con los santos de los altares y pedir solución a los problemas personales, obtener ayuda.

Arrodillarse y suplicar no permite contactar el Poder Interno del corazón, regalo divino dado a cada persona sin excepción; por consiguiente, con la baja estima de creerse pecadores y la sumisión de arrodillarse, la gente queda anulada y el glorioso Poder Interno nunca se expresa. La sumisión abre también la puerta a la manipulación de la Otra Polaridad por medio de la fe ciega y de ahí tantos fieles que aún quedan por las iglesias del mundo, seres empequeñecidos en sus conciencias e inutilizados, dormidos en un prolongado estancamiento.

La actividad del rezo es una desviación de la oración. Fue deliberadamente creada en tiempos pasados por la Otra Polaridad y aún perdura. Se trata de una forma de participación externa que da el mando a la personalidad. Se utiliza para rogar y suplicar, pedir ofreciendo, a veces, promesas por cumplir que son generalmente privaciones y mortificaciones personales dadas a cambio de los favores concedidos. La práctica del rezo, no acorde con la Verdad, quedó ya anticuada y no será utilizada en la Nave Esfera durante el recorrido de mil años ni en la era de Capricornio, sucesora de la de Acuario por venir.

La oración, practicada con pureza y sinceridad es aconsejable para quienes, por no tener una adecuada preparación espiritual, no puedan llegar todavía a realizar el alto ejercicio de la Contemplación y ni siquiera conocen que este alto ejercicio existe.

Las palabras “Pidan y recibirán, llamen y las puertas se abrirán” son correctas, pues corresponde a la Ley de Libre Albedrío (No Intromisión) hacer la demanda voluntaria y libremente para poder recibir los beneficios. No se permite ayudar sin que, antes, esté la llamada consciente, ya que cada planeta debe ser conducido por sus propios habitantes e igualmente cada persona dirigir su vida. Quien pide es ayudado; los que reconocen sus fallas y errores son perdonados, las personas que se elevan serán asistidas ya que, para poder recibir, hay primero que dar y, en el caso de la oración, dar equivale a demandar la asistencia.

Hay oraciones absurdas que nunca llegan a ser respondidas por no ir acordes con la Sabiduría ni con la Ley del Amor. Por ejemplo: pedir casarse con la mujer del prójimo sin solicitar la voluntad de ella, suplicar que el karma por enfermedad que tiene alguien le llegue a uno mismo, volverse joven siendo anciano y cosas tan absurdas, contrarias a la razón.

Tanto la oración como el rezo se suelen practicar todavía. En el rezo, está la conciencia de creerse pequeños y sentirse poco por lo cual resulta una súplica insistente, ya que hay una rebajada autoestima que no permite verse capaces de lograr nada por sí mismos. Vienen siendo igualmente actos pasivos y externos con intervención directa de la personalidad, que es quien está demandando. La oración se hace más conscientemente, es más alta y produce mejores resultados.

Para lograr la oración de manera correcta, es necesario haber hecho antes un cambio mental sobre el concepto de Dios y la forma de entender que existe. Se precisa ir quitando los velos puestos, en ésta y anteriores encarnaciones, sobre la separación de los Cielos, el Dios del sufrimiento y los castigos, el Dios de la ira y la venganza, la idolatría, la personificación de Dios como si fuera un anciano porque, teniendo esos conceptos, no se obtendrán los debidos resultados. Quien pide al Dios de los Cielos ya está separado de El, principal obstáculo que bloquea toda comunicación y el florecer del Poder Interno; pero haciéndolo adecuadamente, la oración se va acercando a la Contemplación para dar luego el siguiente paso.

Es recomendable la oración, entendida en forma correcta, para pedir ayuda en casos de necesidad y recibir asistencia porque las puertas se abren para quienes buscan a Dios, a la Divina Presencia, a los Maestros y lo demandan con sinceridad. Dicha ayuda se recibe de muchas maneras y también según los diferentes niveles de conciencia. Lo importante es la pureza de intención. Siempre, la ayuda es dada; pero hay mayores beneficios cuando la oración se practica en forma correcta, pues se da la apertura al Poder Interno y el acercamiento con Dios, la comunicación viene siendo real, verdadera. El Padre nunca abandona a sus hijos sino que los cuida en sus necesidades, los ayuda, los ilumina y fortalece. Por ello, todavía se precisa orar para quienes no conozcan ni puedan comprender una forma más alta de comunicarse con Dios, una manera más natural y sencilla, completamente directa por medio de la Contemplación.

La meditación

Es otra manera de buscar la comunicación con Dios; pero en forma externa, bajo el control de la personalidad. La diferencia con la oración está en que no se desea solamente solucionar los problemas personales sino llegar a un acercamiento más alto, con objeto de obtener respuesta a algún tema espiritual o personal que interese. Además del yo humano, los vehículos toman parte activa, especialmente, el cuerpo mental. Se trata de armonizarlos para que el cuerpo mental reciba las ideas procedentes de la Divina Presencia. De esta manera, se hacen preguntas para obtener la correspondiente respuesta y lograr la debida comprensión.

A través de la meditación, es posible comunicarse con Dios para alcanzar un estado de superior entendimiento e iluminación de conciencia en lo referente a temas espirituales; pero, cuando se precisa saber la verdad sobre problemas y situaciones personales que perturben, la meditación también es acertada.

Esta práctica surgió hace mucho tiempo en las antiguas Escuelas de Sabiduría Divina que, además de contemplar, se dedicaban al estudio de las ciencias, las artes, la espiritualidad y necesitaban aclarar conceptos al respecto para obtener respuestas relacionadas con el “Más Allá”, el origen del mundo, la vida en otros planetas, etc, una comprensión mayor sobre los temas científicos y en todos los aspectos del saber.

La meditación nació como una forma de superación espiritual en siglos y civilizaciones pasadas; pero, en los actuales tiempos, está muy tergiversada, desviada hacia lo psíquico e incluso mezclada con ritos, ceremonias; aunque, practicada correctamente, es muy necesaria y beneficiosa. Por este medio, se puede obtener ayuda en caso de conflictos, dificultades personales y conocer la respuesta apropiada que hace ver la verdad. Igualmente, por medio de la meditación, se llega a alcanzar un mayor conocimiento en lo espiritual y sobre cualquier asunto que interese.

Para el logro de la meditación se precisa, primero, la práctica de la relajación y el aquietamiento de los vehículos o cuerpos, con objeto de alcanzar un estado de armonía que permita hacer el contacto y obtener la correspondiente respuesta. En la meditación, ya no se trata de pedir, pues esto corresponde a la oración. Realizadas correctamente, la oración y la meditación son prácticas muy buenas y útiles para el bienestar personal, la realización espiritual. La meditación requiere también mucha concentración, un estado de pasiva quietud interior que es muy beneficioso.

Los alumnos de la Enseñanza Ray Sol y quienes se interesan por la espiritualidad correcta, en vidas pasadas, practicaron mucho la meditación por lo cual ya están preparados para recibir el alto ejercicio de la Contemplación y llegar a conocerlo. Les corresponde en esta encarnación, porque se esforzaron por ir subiendo escalones gradualmente.

No es conveniente ponerse a meditar de inmediato cuando se encuentren en condiciones de ánimo alterado, con sobresalto y angustia emocional, sino simplemente tratar de tranquilizarse por medio de respiraciones rítmicas y luego hacer la relajación, que son los pasos iniciales a seguir. La meditación se debe realizar en un estado de paz y armonía que permita hacer el contacto y recibir la respuesta correspondiente. Si dicha respuesta no llega durante el tiempo en que se está meditando, no se inquieten porque pudiera ser que alguna preocupación esté bloqueando, se encuentren tensos o haya cualquier otra interferencia. Al soltarse mentalmente y despreocuparse, abren la puerta para que la respuesta solicitada llegue en cualquier momento del día, cuando estén más tranquilos.

No se aconsejan meditaciones largas, interminables que aburren y fastidian. Deben sentirse cómodos en el tiempo que ustedes mismos hayan dispuesto, sin presiones ni deseos de hacer la meditación obligadamente para ser más espirituales y realizados.

En la Metafísica antigua de pasados años, no se conocía la Contemplación y la meditación se practicaba equivocadamente, hasta con ritos, ceremonias. Se creía que meditar era abrir la puerta a lo sobrenatural y fenoménico realizando, por ejemplo: “viajes astrales” para visitar este templo y el otro, ir de aquí para allá dirigidos por la voz de quien daba las pautas. Los dirigentes vestían largas túnicas de distintos colores y prendían siete velas a “San Miguel” o “El Señor Miguel” en un altar cubierto con tela blanca adornado con flores como en las iglesias; pero todas esas equivocadas prácticas de los inicios fueron añadidos de la personalidad que ya pasaron. Suele suceder que, al comenzar, como no están preparadas las conciencias lo suficiente, se hacen mezclas de lo religioso con lo metafísico más lo psíquico que anda por ahí y luego, con el paso de los años, todo se va purificando. Actualmente, la Enseñanza Ray Sol da las pautas en forma sencilla, clara, profunda y directa. Como la instrucción la dictan siempre los Maestros en el foco, no hay posibilidad de error. Ninguna escuela espiritual y filosofía del mundo tiene focos donde los Maestros hablen, se expresen, pues sólo hay uno verdadero que es el de Ray Sol, muy cuidado y protegido. Se encuentra en la ciudad de Caracas (Venezuela)

La meditación nació después de haber sido comprendida y practicada la oración, como un ejercicio de superación espiritual para contactar a Dios, a los seres de luz de las altas esferas, con objeto de obtener comprensión y respuesta a interrogantes que no podían ser conocidas por vía humana, a través de los medios físicos del plano. Una vez aceptada la existencia de Dios y de seres de más alto nivel, quienes deseaban avanzar espiritualmente reconocían a este contacto por vía interna, sin intermediarios, con alta conciencia y luego de haber desarrollado la percepción.

Las grandes fraternidades de pasados tiempos como los Kobdas y Esenios practicaban la meditación con muy buenos resultados, más otras facultades superiores, lo cual les permitió ir acumulando valiosos conocimientos que tenían preservados en los Archivos de las Edades de los santuarios y eran estudiados por quienes se interesaban en ellos; pero la meditación también puede ser útil y necesaria a nivel personal, cuando haya problemas por resolver, situaciones que aclarar y no se encuentre respuesta externamente. En tales casos, se hace la conexión y las preguntas se resuelven con la comprensión de la verdad.

La meditación debe ser sencilla y práctica, sin rituales ni ceremonias. Después de aquietar los vehículos y de haber logrado la paz interior, llega un estado de elevación, tranquilidad y quietud que es como abrir la puerta al infinito. No esperen después ninguna voz física que hable, nada misterioso, fenoménico que impresione ni sea sobrenatural porque sólo, en el propio pensamiento, está la claridad de las respuestas esperadas y eso es todo. Alejen de lo psíquico esta sencilla práctica, si quieren obtener buenos y verdaderos resultados. Perseveren también, porque no basta una o varias veces, ya que se precisa pureza de intención, persistencia en los esfuerzos, porque no basta con meditar irregularmente algunas veces. En todo lo valioso, es necesario el orden.